*** La investigación señala que el exalcalde proveía armas, municiones y vehículos para ejecutar los homicidios.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
El Ministerio Público de Honduras solicitó una condena de 87 años de prisión para Pedro Armando Aguilar Orellana, exalcalde de San Marcos, Santa Bárbara, tras ser hallado culpable de tres delitos de asesinato y uno de asociación para delinquir.
Según el ente acusador, Aguilar Orellana debería recibir una pena de 23 años de prisión por cada asesinato y 18 años adicionales por el cargo de asociación ilícita. La solicitud se presentó durante la audiencia de individualización de pena ante la Sala I del Tribunal de Sentencia.
Por su parte, la defensa del exalcalde, encabezada por el abogado Juan Carlos Berganza, instó a los jueces a imponer penas mínimas para su cliente, señalando que la evidencia presentada en su contra no es suficiente para justificar la condena.
Berganza también anunció que interpondrá un recurso de casación en contra de la resolución que declaró culpable a Aguilar Orellana. El defensor criticó la prueba clave presentada por la fiscalía, describiéndola como una “AP” descargada de internet y que consistía en un identificador de llamadas, el cual, según su criterio, no vincula directamente a su cliente con los crímenes.
“Vamos a demostrar que esta sentencia carece de legalidad”, declaró Berganza a la prensa que cubre los tribunales, reafirmando su confianza en que el fallo será revertido.
Aguilar Orellana, conocido por varios alias como “Pedrito, Coyote, Pelón o Piter”, fue capturado el 28 de noviembre, acusado de participar en el asesinato de cuatro personas. Las autoridades lo vinculan como líder de una organización criminal que opera bajo su mando.
Electo como alcalde en los comicios pasados, Aguilar Orellana se hacía llamar “El Patrón”, y según investigaciones de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), habría dirigido una banda que lleva su nombre, especializada en sicariato.
La investigación también señala que el exalcalde proveía armas, municiones y vehículos para ejecutar los homicidios, situándolo como el principal cerebro detrás de la organización delictiva. OB/Hondudiario
